Por Alexandra Hayes, editora principal de creación de contenido de Thrive Global

Como personal médico durante el coronavirus, usted enfrenta desafíos singulares: es posible que su horario laboral se prolongue a medida que aumenta su volumen diario de trabajo debido al COVID-19, corre mayor peligro de enfermarse y quizá tenga que tomar la difícil decisión de aislarse de su familia para seguir atendiendo pacientes. El trabajo que usted realiza es sumamente importante y, si bien es muy gratificante a nivel personal, lo cual lo motiva a realizarlo en este difícil momento, el estrés que conlleva, si no se controla, puede llevar al desgaste. 

Estudios publicados por Harvard Review of Psychiatry y BMC Public Health indican que  los trabajadores de salud piensan que deben restarle importancia al impacto traumático de su trabajo, porque es lo que se espera de ellos. Pero subestimar su exposición prolongada a mucho estrés eleva significativamente el riesgo de ausentismo y conflictos laborales, irritabilidad y tensión con sus seres queridos, y trastornos del sueño.

Más de 80% de las personas se sienten considerablemente más estresadas como resultado de las actuales circunstancias de salud pública, según una encuesta por Thrive Global de más de 5,000 estadounidenses para identificar problemas relacionados a la crisis del coronavirus y soluciones potenciales. Además, para el personal médico, ese estrés puede ser mayor, como es compresible. Por eso es importante estar preparado con estrategias para reducir la ansiedad y velar por su bienestar mientras cuida de otros.

El momento ideal para empezar a prevenir el estrés es antes de empezar a trabajar. La Dirección de Servicios de Salud Mental y contra la Farmacodependencia (Substance Abuse and Mental Health Services Administration o SAMHSA) recomienda llevar un “estilo de vida listo para catástrofes”, que incluye hacer mucha actividad física con regularidad y comer sano. También es esencial darle prioridad al sueño, ya que si duerme bien podrá empezar su turno con la mente despejada para poder resolver problemas con mayor eficiencia y tener mayor resiliencia ante las dificultades. 

Si está pensando, “No tengo tiempo para esto”, no se preocupe. Reducir el estrés —incluso bajo las circunstancias más apremiantes— empieza con pasos pequeños que, en muchos casos, se pueden dar en dos minutos o menos. En Thrive, los llamamos micropasos: medidas mínimas respaldadas por conocimientos científicos que usted puede empezar a tomar de inmediato para formar hábitos que le mejoran la vida considerablemente. Estos son tres que puede poner en práctica hoy mismo para reducir su nivel de estrés de manera que pueda tener un impacto positivo incluso mayor en la vida de otros:

Durante su periodo de descanso, tómese unos minutos para salir al aire libre. Incluso una breve caminata puede ayudar a recargar baterías. La luz natural es crucial para restaurar su reloj circadiano interno. La vitamina D que genera la exposición al sol también es indispensable para la salud del sistema inmunitario y el bienestar mental en general.

Cuando se sienta estresado, recuerde los motivos que lo llevaron a trabajar en el campo de la salud o uno de apoyo. Si se incorporó a este campo porque quiere ayudar a la gente, recordar las razones puede ayudarlo a sobrellevar los momentos difíciles con mayor resiliencia. 

Escuche una canción que lo calma durante sus periodos de descanso o cuando acabe su turno. Esta estrategia recomendada por SAMHSA le indica al cerebro y al cuerpo que puede relajarse. 

Mallory Stratton contribuyó a este reportaje.

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Author(s)

  • Alexandra Hayes

    Content Director, Product & Brand, at Thrive

    Alexandra Hayes is a Content Director, Product & Brand, at Thrive. Prior to joining Thrive, she was a middle school reading teacher in Canarsie, Brooklyn.